El chocolate como medicamento homeopático



   Introducido y experimentado por el homeópata inglés Jeremy Sherr desde 1989, quien decidió realizar esta experimentación porque el chocolate es, por mucho, el alimento que causa más adicción en los seres humanos, y ya que está relacionado en gran medida con circunstancias emocionales y con desórdenes hormonales. Para ello empleó, en lugar de cacao, una barra de “chocolate oscuro belga de la mejor calidad”, la cual además contenía azúcar y muy probablemente trazas de insectos (como todos los chocolates). El nombre del árbol de cacao, propio de México, es Theobroma cacao, theobroma significa alimento de los dioses: diversas leyendas prehispánicas señalan que el cacao es un regalo de los dioses para que los hombres tengan descanso y placer. “Comer chocolate tiene muchos efectos en el cuerpo, su sabor y aroma es muy agradable, pero tiene también un efecto sensual en la boca. Es estimulante como el té y el café pero parece tener asimismo una acción narcótica con la sensación de volar o flotar. Se ha asociado por mucho tiempo con el amor y el romance y sus constituyentes químicos liberan las mismas sustancias en el cerebro que cuando se está enamorado”. (Fraser).

   Posee una notable acción en las afecciones hormonales, sobre todo cuando están asociadas a dismenorrea o desórdenes menstruales, con problemas en los senos (Siente un fino hilo tirando a través de las mamas* o como si estuvieran llenas de leche*), trastornos en la menopausia y alteraciones del deseo sexual femenino. Muy útil -cuando los síntomas son semejantes- en los ovarios poliquísticos, así como en pacientes migrañosos o con graves desórdenes alimenticios: Útil en anorexia y bulimia cuando coinciden los síntomas mentales. Náuseas y acidez, eructos, flatulencia y gran distensión. Grandes trozos de caspa, como hojuelas secas. Pesadez y congestión en todo el cuerpo o en diferentes partes (cabeza, espalda, extremidades, pecho). Vértigo, zumbidos en los oídos. Sensación de una mancha fría a través de la cabeza*. Tos espasmódica, que lo despierta a las 4 am o que no lo deja acostarse. Tos con náusea y sensación de mucus. Rigidez si duerme de espaldas. Sensibilidad auditiva para los tonos graves, percibe que resuenan*. Aunque es muy friolento mejora al aire libre, sobre todo en actividad, y se agrava por el calor.

   Chocolate, muy semejante en su acción a Sepia, es un medicamento homeopático de polaridades y contradicciones, con gran agudeza de todos sus sentidos. Puede presentar estados totalmente opuestos: Muy afectuoso o completa indiferencia (sobre todo hacia sus hijos y su esposo); gran energía y vitalidad o laxitud y apatía por todo; deseo sexual aumentado o totalmente ausente; deseo de luz del sol* o de oscuridad; se siente desconectado, un paria, o tiene una sensación espiritual de conexión con la naturaleza y la humanidad. Muchas de estas indicaciones positivas o activas, más que como rasgos caracterológicos, suelen encontrarse como efectos terapéuticos del remedio. Sus indicaciones a nivel de personalidad tienen que ver con mujeres que han bloqueado su energía o pacientes que han sufrido mucho desgaste, volviéndose, además de intolerantes, muy agresivos y críticos, sarcásticos y reactivos, llegando incluso a la violencia física o emocional. Chocolate se siente vulnerable mental y físicamente (sensación de fragilidad en la base de la columna vertebral), abandonado, sin sensación alguna de pertenencia, pero a la vez tiende a aislarse y rechazar a los demás, al grado de abandonar a su familia. Son personas que tuvieron graves problemas en su nutrición afectiva (simbolizado en los síntomas de los senos) y que han vivido en una ambigüedad existencial. Sus hijos les generan sentimientos muy contradictorios, los aman y se preocupan mucho por ellos pero a la vez no los soportan. Le gustan los niños, pero lejos. Puede desarrollar muchos temores, la mayoría de ellos en relación con lo anterior, temor a los accidentes, a ser herido, a los automóviles, a ser atacado, a los perros, a que algo vaya a pasar, al grado a veces de la paranoia. Miedo a que los demás se den cuenta de su situación. Extrema aprehensión por todo lo que tiene que hacer, anticipación que raya en el pánico. Gran preocupación por su salud. Las personas que necesitan Chocolate comúnmente han llevado vidas limitantes y adversas: trastornos por pena y desesperación; en otros casos, no han sufrido grandes calamidades pero su vida se caracteriza por una gran falta de estímulos y nutrición afectiva, con el tiempo se vuelven personas secas, austeras, impacientes, irritables e intolerantes, al grado de la crueldad y el egoísmo.

   Sensación de objetos puntiagudos, de espinas; ideas e ilusiones de erizos y sensaciones picantes y punzantes. Gente que suele cortarse el pelo muy corto y levantado, como espinas.
Muy característicos y distintivos son los sueños del medicamento. Sueña con partos o con dar a luz*; sueña con bebés, que se bañan; pequeños bebés frágiles y desvalidos, como pequeños animales*; que le duele el ovario derecho*; sueña que salta, que vuela; sueños vívidos de gusanos; que viaja en un barco; con amigos; que cae de una ventana. Por otro lado, puede nunca recordar sus sueños o no tenerlos. El doctor Bronfman señala que el remedio posee cuatro grandes esencias o temas: 1)Animalidad: En la forma de ilusiones o en la eclosión de instintos primarios y pulsiones básicas. En Chocolate existe un conflicto interior entre la humanidad biológica y la humanidad civilizada, entre el animal humano y las estructuras sociales. 2)Sensación de abandono, no pertenencia. 3)Persecución o vulnerabilidad, y 4)Afecciones intelectuales.

   Deseo de bebidas frías, de frutas jugosas, cosas refrescantes y naturales, aunque también puede deseas cosas atípicas, como insectos*, pimienta o cosas rojas*.

   Chocolate está muy indicado en aquellas personas, especialmente mujeres, que no pueden brillar, que sin ser feas o desagradables nunca han sido consideradas atractivas por los demás. Chocolate activa la confianza en sí mismas, generando una actitud segura, positiva y afectuosa, equilibra los instintos con su naturaleza mental, lo cual resulta en la liberación del encanto y la gracia natural. Muchos experimentadores han señalado efectos terapéuticos, sintiéndose más vivos y humanos, mas plenos consigo mismos. Un gran signo del remedio es la necesidad de expresar la verdad, desea decir y que le digan la verdad, necesidad de ser sincero y coherente, de sacar a la luz todo lo que está oculto. Lo cual también es un notable efecto medicamentoso, Chocolate exonera la verdad interior de cada paciente, tanto en sus facetas más gratas como perturbadoras, y es a través de está exposición a la luz de la conciencia –la luz del sol que tanto desea*- que cada individuo puede integrarse mejor.







Por el Dr. Gilberto Quintero Ramírez 

(Laboratorios Homeopáticos Häsler) 

Los síntomas únicos se señalan con un asterisco *.

Fuentes:
Synoptic Materia Medica 2 (FransVermeulen). Lotus Materia Medica (Robin Murphy).
Chocolate. Zalman J. Bronfman (Homeopatía. Estudio Comparativo de Medicamentos, Krichesky).

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