La depresión: Un camino con salida.

La depresión procede de la certeza de que algo fundamental está faltando en tu vida. Es algo que careces, algo que deseas, algo que no tienes, algo que no viene y no sabes como hacer para conseguirlo. El trasiego que comporta conseguirlo es tan grande que es imposible llevarlo a cabo, todo va a en contra y te das por vencido.

La depresión suele acompañar la ansiedad o viceversa, suelen ser indisociables. Son caprichos que presenta el ego para que te veas lo poco que lo tienes en cuenta. No para de hablarte, de contarte lo mal que va todo. Es un aviso de lo que te espera si sigues por donde vas: la aniquilación absoluta.

La ansiedad viene acompañada de un gran sentimiento de culpa, a su vez, alimentada por la idea del pecado que arrastramos por educación, aunque no creas en el pecado, te crees merecedor de un castigo. Si bien es cierto que puedes haber hecho las cosas mucho mejor, las hiciste como supiste. No eres culpable, eres responsable en cada momento de tu vida según tu grado de evolución, según tu saber.

Ambas, depresión y ansiedad van cogidas de la mano siempre. Donde permanece latente una, despierta la otra, en un vaivén pesado y doloroso que deja a la persona en un sin vivir constante, como si de un laberinto se tratase.

La depresión es un estado en el que la persona cae después de acabar con todas sus luchas, todas sus posibilidades, todo el entramado de opciones que tenía ante sí, es difícil que ella sola pueda darle la vuelta al problema puesto que antes de darse por vencido, antes de morir, ha quemado todas las opciones.

Los motores que alimentan la depresión y la ansiedad, permaneciendo en un silencio criminal son los miedos, fantasmas feroces que con uñas y dientes abortan cualquier acción que la persona puede dar. Son las resonancias de todas las antenas del pasado, cada una de ellas diciéndonos lo malos, lo poco que somos, lo inútiles. A medida que pasa el tiempo la resonancia es más grande y más expansiva. Las antenas tienen forma de grandes realidades con unas emociones muy grabadas a fuego en la memoria.

La única manera de salir de la depresión y de los ataques de ansiedad o pánico es dejarse conducir y hacer frente uno por uno todos los miedos, desmontándolos, viendo que las estructuras en las que se sujetan son humo, interpretaciones que hicimos y nos incitaron a hacer, pero para esto necesitamos unos ojos ajenos para que nos lo enseñen. Nosotros solos no podemos.

Aurum Metallicum siente que ha fallado a los suyos y que sólo por eso no merece vivir. Es capaz de acabar con todo, con la vida y la única pista que puedes tener es que tiempo atrás ya lo intentó. Muchos trastornos por pena.

Arnica está tan bloqueado que lo único que puede ver es su responsabilidad, sintiéndose responsable de casi todo. Se culpabiliza de todo o casi todo de lo que ha hecho, dicho o dejado de hacer.

Phosphoricum Acidum tiene postración nerviosa, agotamiento mental, desesperanza por amores no comprendidos, enfados que duran mucho tiempo, lleva un lastre muy denso de situaciones emocionales, pérdida de un ser querido, se vuelve indiferente al entorno por agotamiento.

Natrum Mur es un ladrón de sal, delgado, rígido, solitario, susceptible, orgulloso que empeora con el consuelo porque encima se recrean en lo que no entienden de él y le consuelan quedándose todos ellos lejos de su realidad. Se vuelve como una ostra cerrada.

Causticum se hunde en ideas negras. Su columna vertebral disminuye dos centímetros, pierde altura física y moral, aquel pasado era maravilloso y no volverá. Se vuelve compacto y cerrado.

Sepia aunque se deprima, aguanta estoicamente. No puede más, pero aprendió un día que por pesada que fuera una situación, tenía que estar ahí y no escapar. Hay una represión en Sepia que no la deja respirar y que viene de muy atrás, siente que quiere escapar y a veces lo hace, pero no deja de ser un callejón sin salida.


Entre muchos otros remedios para tratar la depresión y la ansiedad, la homeopatía lo que hace es remover, desbloquear el cuadro, dando la posibilidad a la persona de verse fuera del encuadre de su camino para cambiar su inercia, lo cual sólo es posible para salir de su depresión y de sus ataques de ansiedad.

Tiene que ir acompañado de un trabajo desde la consciencia, saber analizar lo que ocurre y porqué ocurre, encontrar el origen. No es un camino fácil, sí puede suponer el principio de un fin que andaremos con nuestros propios pies.