Ácidos Grasos Polinsaturados (Omega 3, Omega 6)

Los Ácidos Grasos son polinsaturados, son ácidos de cadena larga. Eso quiere decir que tienen de 2 a 6 cadenas dobles de enlaces oxidables. Son más difíciles de oxidar que otros ácidos grasos y más aprovechables por el organismo. Son los precursores de otros ácidos que se elaboran en la célula y se conocen como Omega 3 y Omega 6.

El Omega 3 es el ácido alfalinoléico y el Omega 6 el linoleico.

Estos Ácidos Grasos tienen un papel muy importante a nivel celular, proporcionando elasticidad y fluidez en la membrana. Además, a nivel intracelular, promueven la dinámica de componentes importantes que rigen el equilibrio de procesos biológicos fundamentales.

Actúan a nivel local y de tejidos sobre agregación de las plaquetas, regulación de los procesos inflamatorios e inmunitarios, protección de la mucosa gástrica, motricidad bronquial, funciones de contracción y relajación de los músculos lisos.

Tienen incidencia en procesos inflamatorios de origen alérgico y son espectaculares en procesos de alteración del sistema nervioso, incluso en casos severos en los que la persona ha estado sometida a un estrés importante, regulando los neurotransmisores viendo su función en el comportamiento de la persona.

En momentos en que se necesite un apoyo para la regulación hormonal, regulando la producción de estrógenos, estabilizando los cuadros de síndrome premenstrual (síntomas y alteraciones del ánimo en los días antes de la regla).

Ayudan a la elasticidad del tejido cutáneo y también en la regulación de las secreciones lagrimales y salivares.

Se les conoce por su incidencia en el aparato cardiovascular trabajando a nivel de músculo y sangre.


La carencia de Ácidos Grasos.-


Puede originar manifestaciones alérgicas generalizadas, problemas inmunitarios de vías respiratorias altas, desarrollo incorrecto de la retina, hiperactividad, dificultad de aprendizaje escolar, déficit del comportamiento y trastornos emotivos, así como obesidad.



Los niños.-

Un niño siempre activo o más activo de lo normal puede ser calificado de hiperactivo. Suele obtener malos resultados escolares porque es lento en el aprendizaje del habla y tiene falta de concentración. Es un niño disperso.

Tiene tendencia a sufrir dolores de cabeza, asma o eczema.

A parte de tratar el problema conductual que conlleve a nivel de su hogar y escuela o le temática traumática que pueda arrastrar, la hiperactividad puede venir asociada a una deficiencia alimentaria y metabólica ácidos grasos que puede ser compensada. Es lo primero que habría que descartar. Aunque es difícil que en determinadas edades se les suministre, se debería intentar, evitando otras medicaciones de sedación que yo entiendo como agresivas.

Existen dos problemas nutricionales ligados a la hiperactividad: una carencia en AGE y una sensibilidad a algunos alimentos y aditivos alimentarios. Efectivamente, la mayor parte de los alimentos y aditivos que son el origen de la hiperactividad, obstaculizan el metabolismo de los Ácidos Grasos Esenciales.

Así, se recomienda una alimentación sin aditivos, excluyendo algunos conservantes y los salicilatos.


Embarazo.-

Hay que vigilar desde el embarazo que el aporte en Ácidos Grasos Polinsaturados sea suficiente como complementación ortomolecular obteniendo un desarrollo correcto del sistema nervioso central del feto y otras funciones para el bebé y la mamá que tienen que ver a nivel celular y de tejidos ya no sólo consiguiendo una correcta elasticidad de los mismos si no un trabajo mucho más serio a nivel celular.

Por consiguiente, todo proceso orgánico que implique una oxidación, cambio de etapa, manifestación inflamatoria de piel, vías altas, procesos alérgicos y procesos cardiovasculares deberían acompañarse de Omegas 3 y 6.

El criterio a determinar siempre será individualizado considerando la agudización del proceso, las causas externas en la que está sometido, así como la cronicidad del problema y otros factores que se pudieran dar.

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